La libido masculina se arrastra por el cuerpo de la mujer, completamente fijada con cuerdas y hierro. Los senos y genitales expuestos se mastican lentamente con los dedos y la lengua. La alegría de no tener escapatoria a las constantes burlas. Impulsada por un cuerpo convertido en una masa de frustración, se olvida de que es un instrumento sexual y suplica que la lleven. La prisión de placer más dura e interminable de Minami Hatsukawa. Disfruta de una expresión que nunca antes habías visto, con un rostro contorsionado por la humillación y la vergüenza.
